martes, 20 de noviembre de 2007

Velázquez también fue niño.

Por el Estudio Pintura (de esta manera siempre he conocido el Estudio de Pintura Infantil de Nerja) habremos pasado casi todos los niños y niñas de este pueblo. Una cartulina, unos pinceles y unos botes de pintura para disfrutar pintando. Mezclar colores, intentar hacer algo medio aparente para nuestro gusto infantil. Yo claudiqué al poco tiempo, prefería jugar con los clic de Famobil o con los Geyperman después de ver una peli de vaqueros o los payasos de la tele, me di cuenta rápidamente de que no tenía ningún talento ni paciencia para enfrentarme al lienzo en blanco y sacar algo más o menos digno de él. Maldita sea, lo confieso, entonces miraba por encima del hombro para comprobar lo que hacían mis compañeros de estudio y algunos hacían maravillas mientras yo sólo conseguía churretes, así que nunca participaría en esas fantásticas exposiciones que el Estudio lograba colar por todo el planeta. Por lo tanto volver a estar sentado frente al televisor esperando unos dibujos animados de Leoncio y Tristón o Pepepotamo y su grito hiperhuracanado era la salida más fácil.
Ha sido como un viaje en el tiempo ver esos dibujos infantiles, llenos de ternura, de esos trazos que cuando los realizas con canas en la barba se llaman Naif. En estos días se ha inagurado una exposición de trabajos pictoricos realizados por niños/as de 4 a 6 años en la Sala Mercado. Muy buena iniciativa la de motivar a los/as pequeños7as colocando sus obras en un espacio reservado en teoría a trabajos de mayor enjundia. Sí comentar que la exposición en su montaje global es un poco insulsa, los cuadros colgados sin orden ni concierto aparente, sin ni siquiera colocar los nombres de los autores (puede que esto haya cambiado después de la presentación que hizo la concejala de Cultura a la prensa el lunes por la mañana). Un poquito de chispa para acompañar la imaginación desbordante de esos pequeños grandes pintores.







3 comentarios:

Anónimo dijo...

Enternecedor. Tal vez, en vista de lo que hay, se podría pedir que fuera , como mínimo, una exposición fija anual, así al menos conseguirían ocupar la Sala Mercado algo más que tres meses al año. Sobre los artistas expositores, no necesito ni ver las obras completas: estoy seguro que tienen no sólo más creatividad sino más honestidad que la mayoría del personal que se mueve por ahí en plan artista . . . Espero al menos que los chavales no hayan tenido que pagar las reparaciones y demás gastos de mantenimiento de la sala . . .

PopBelmondo dijo...

Nekovidal, no me imagino a los peques de 4 a 6 años pagando los gastos, ni siquiera colgando los cuadros, más que nada porque no alcanzan a la altura. Nuevamente se han hecho agujeros en la pared, así que en la próxima expo os veo arreglándolas. Lo que ha hecho gracia es comprobar algunos cuadros con referencias a la semana santa, el arte sacro sigue pujante en Nerja.

Anónimo dijo...

Lo de costear los gastos era, obviamente, irónico. Sí es muy llamativa la aparición en algunos dibujos de los encapuchados de Semana Santa: si tuviéramos la sana costumbre de recordar como sentíamos el mundo y la vida a ciertas edades y como se van asentando esas sombras y miedos en nuestra mente, dudo que algunos padres llevaran a su pequeños a esos rituales cuanto menos tenebrosos . . .
Eso sí, cuando vemos a los chiies azotarse las espaldas pensamos: ¡qué fanáticos!
Rendimos culto a la muerte mientras hipócritamente pretendemos presentarlo como una expresión de vida. Luego vienen las consecuencias . . .
Volviendo al tema, parece que ese ímpetu creativo de las primeras edades se pierde en poco tiempo y en plena adolescencia la juventud (o parte de ella) limita su capacidad de expresión, si puede llamarse así, al propio cuerpo y sus trapitos. Lo más asombroso que he visto en este blog hasta ahora ha sido el interes suscitado por esos concursos de mister y misses en contraposición al resto de los temas tratados.
Sin problemas, ya ha ocurrido muchas veces antes en la historia de nuestra especie: el mismo Cervantes decía que en su época, los caballeros españoles usaban más las espadas para limpiarse las uñas y lucirlas que para guerrear,trabajo sucfio que dejaban a los mercenarios, era el principio de la decadencia de un imperio que, como todos los demás, nunca debió existir. Hoy día, encerrados en nuestra aparente opulencia, nos descomponemos culturalmente mientras cerramos los ojos . . un buen principio para un fin más que anunciado. . .