¿Qué da más calor: una fogata de San Antón o el Habichuela Rock?

Todavía no se ha quitado la iluminación navideña y ya hemos podido disfrutar de la primera fiesta local del año. Hacía unas cuantas temporadas que no me acercaba al San Antón y cuando lo hice el pasado viernes, la mayoría de las fogatas consumían sus últimas llamaradas. Pero aún la gente se reunía alrededor del agradecido calor. La panda de fandangos cortijeros y verdiales de Río de la Miel y Almuñécar recorría las calles mareñas llenando el ambiente de ritmos enraizados en nuestra tierra.

En honor a la verdad hasta Maro no me había llevado los verdiales ni el misterio de sus letras ininteligibles sino la quinta edición del Habichuela Rock. Cuatro grupos de distintos estilos en una noche invernal, en la que no hizo demasiado frío. Hubo más público que el año pasado, pero las malas costumbres no se pierden. Según el cartel aparecido dos días antes del concierto en teoría comenzaba a las 22h, pero el inicio se retrasó hasta las 23:20h. Trilobites, como siempre, mostraron con eficacia y entrega su rock. Lástima que la escenografía no acompañaba, pero es lo que tienen las carpas. Mucho se podría debatir sobre lo idóneo de estos sitios o si en pleno invierno montar un festival de rock que empieza casi a medianoche es lo que los amantes de la música en directo vamos buscando. Pero con la escasez musical que vivimos hemos de conformarnos.

Tras el trío nerjeño subieron al escenario venidos desde la capital axárquica el cuarteto de rock duro Asedio, particularmente no me atrae demasiado, pero he de reconocerles que en directo no están mal tirando de las maneras del rock duro urbano de Rosendo, Leño, Barricada y en la actualidad Marea.

Más rock duro para el cuerpo, pero cada vez menos acompañados. O mejor dicho, rock metalero para aquellos que les gustan las consignas políticas, las denuncias sociales y la angustia de bajo perfil. No faltó quien se quiso subir encima del escenario a dar la nota, a hacer coros con El Yeyo en una versión de un tema de Narco. Algunas veces Nazión Zero me recuerdan al lema de un anuncio de neumáticos. Esto también se puede aplicar al pogo en primera fila. Maneras distintas de vivir un concierto.

asi a las tres de la noche, casi con cuatro gatos ya rondando por la caseta, no sé si eramos pardos, pero esperamos a que tocaran los en teoría cabeza de cartel, Hairy Nipples, con Álvaro Gastman como lider o frontman (anglicismo que te crió para un grupo que canta en inglés). Una propuesta musical interesante, rock-blues intenso,con la curiosidad de no tener bajista en la formación.

En la retirada a casa la música retumbaba aún por calle Real, las cenizas y las ascuas esperaban a las cuadrillas de limpieza y yo pensaba en como quitarme de encima todo el olor a hoguera que se me había impregnado.