miércoles, 6 de julio de 2011

Microrrelatos de Mercurio (24) -Insurfgencia.


Insurfgencia

¡Escuchad la voz del pueblo!, gritaban las palomas por las aceras y en las plazas se fueron juntando pájaros de todos los agüeros. El Presidente no escuchaba nada porque había extraviado el audífono entre las piernas de su amante, esa cebra de porcelana bañada en oro, que desde la sombra manejaba los hilos y, de paso, los designios, diseños y otras insignias de la patria. Pero los pájaros eran piantes, como les corresponde, y en la plaza se estaba seda y escribían hasta las piedras. Tiempo después se sigue contando que todo empezó con una banda de pájaros locos a los que les dio por navegar en una tabla de surf por las procelosas aguas de una pesadilla a la que algunos llamaban realidad.

Por Ricardo Sanz


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