martes, 30 de agosto de 2011

En búsqueda de la Canción Pop perfecta (CXXII).

Siempre me ha caído muy bien, por encima de John Lennon y Paul McCartney, me parecía un músico sencillo, humilde, con su papel bien asumido de estar a la sombra del dúo de estrellas y sin embargo se decía que era el mejor músico de los cuatro de Liverpool, y que en cuanto le dejaban asomar la cabeza compositivamente, se demostraba capaz de realizar grandísimas canciones. Así me alegro enormemente de que Martin Scorsese haya elegido la persona de Goerge Harrison (o no estoy seguro si lo han elegido a él com director). Teniendo en cuenta los estupendos trabajos documentales alrededor de la música que ha dirigido previamente como Don´t look back, Shine a light y The last waltz habrá que esperar con ilusión este George Harrison: living in the material world. Y para recordar a tan excelso personaje, una de esas joyitas emocionales y melancólicas que era capaz de componer, en esta ocasión con la ayuda de Jeff Lynne, de la Electric Light Orchestra, uno de mis mayores placeres culpables. Esta canción stán muy ligada a su pasado, fijaos en los personajes y figuras que aparecen en el videoclip.

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