domingo, 2 de septiembre de 2012

Mirando a las musarañas (85) - Recordando a los clásicos romanos.


Sin quererlo el disco duro de mi memoria se pone en funcionamiento con el solo hecho de escuchar u oír una frase, un nombre propio. Me ha ocurrido recientemente al publicarse nuevamente el nombre de un empresario que fue secuestrado por un grupo terrorista. Inmediatamente, casi de carrerilla, pronuncié a los clásicos romanos: Publio Virgilio Marón, Quinto Horacio Flaco y Publio Ovidio Nasón. Es una reacción incontrolable, que en este caso me lleva a los años de estudiante con el libro de texto de Lengua y Literatura Española, de Editorial Anaya, con el que me acercaba a los clásicos latinos y griegos, sin olvidarnos de los que escribieron en castellano u otras lenguas.

Tengo en mis manos una participación de boda que me ha hecho volver a los clásicos romanos, una invitación al uso pero con un verso extraído de la obra de Publio Virgilio Marón, Las Bucólicas, muy apropiado para quienes se prometerán amor eterno "Omnia vincit amor, et nos cedamus amori" (El amor todo lo puede, rindámonos al amor). Y vuelve uno a rememorar tiempos pasados, las declinaciones, los verbos y la nada fácil traducción de la Guerra de las Galias. Ya lo recordé en otro ensayo, la lengua madre y el latón padre.





Sean bienvenidas las participaciones de boda, por lo que supone de alegría y de una nueva vivencia para quienes nos quieren hacer participes de ello. Siempre habrá un motivo para recordar a los clásicos.Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar...


Por Ricardo Bajo León

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