miércoles, 28 de agosto de 2013

Viaje al fin de las noches del Papagayo con Gastmans.

El sabor de las experiencias cercanas, la proximidad del músico, el ambiente distendido, la brisa de la noche, unas de levante, otras de poniente, el parpadeo de las velas, las gotas de las bebidas frías que dejan poso sobre la mesa, cuatro chavales ajenos a todo y absortos en sus pequeños espejos negros, Gastmans nos despide del verano, el último concierto del Papagayo (y puede que el último que veamos allí). Baladas, ritmos y riffs en francés, Álvaro y sus compañeros atracaron en el apacible puerto sonoro de Calahonda para, en dos pases, tocar en directos sus canciones, las nuevas del disco Cabotages y las antiguas de sus anteriores trabajos. 12 temas que le cantan al desamor, retratos heridos que ocasiones brincan y otras se recuestan, banda sonora para un agosto que se acaba con fina lluvia que empapa sin darnos cuenta. Ayer sudor, anoche chirimiri, señales de un tiempo que cambia. Las cuerdas del guitarrista Israel Calvo no daban tregua y se rompían, los coros y arreglos de Mr Conde daban colchón a Álvaro Gastmans, ya sea con acústica o una bella Rickenbacker. El hombre tranquilo, José Ojeda, se mantenía en su rincón, lejos de las luces, cerca de la barra. Claudio marca el ritmo, para dejar su sitio en el bis, a José Mena, que se despide de nosotros buscando nuevos horizontes. Puede que sea todo una despedida, tristemente definitiva, pero podremos decir a Gastmans y a los anfitriones Jean Pierre y Rebeca, ¡¡¡Merveilleuse ta fête!!!



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